Si yo fuera hombre, ¡Qué
hartazgo de luna,
de sombra y silencio me
había de dar!
¡Cómo, noche a noche, sólo
ambularía
por los campos quietos y por
frente al mar!
Si yo fuera hombre, ¡qué
extraño, qué loco,
tenaz vagabundo qué había de
ser!
¡Amigos de todos los largos
caminos
que invitan a ir lejos para
no volver!
Cuando así me acosan ansias
andariegas
¡qué pena tan honda me da
ser mujer!
Juana
de Ibarbourou
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